lunes, 7 de abril de 2008

“¿TODOS SEMOS GÜENOS?”


Por Luis Sexto

Lo he repetido con alguna frecuencia: la cultura no se define solo por la acumulación de conocimientos. Requiere también capacidad para convivir y capacidad para asociar hechos y palabras. Y entre las cosas que estimo imprescindible comprender, en lo inmediato, es la necesidad de cultivar la cultura del trabajo.

Sí, no lo dude. El trabajo necesita de la cultura. De una especificidad cultural que empieza por la aptitud –el dominio del oficio o la profesión-, pasa por la actitud ante la inevitable relación social, y termina en la ética. Y la ética quiere decir, hemos de trabajar, porque en nuestra sociedad, el trabajo tiene que ser el medio básico de conseguir el bienestar.

Hay que comprender que nadie puede aspirar a vivir mejor si no trabaja o trabaja mal. Pongamos nuestra cultura a evaluar los acontecimientos más actuales. De acuerdo con las más recientes palabras de Fidel -uno de estos jueves-, Cuba no ha renunciado a mantener vigente el principio socialista de distribución. ¡Miren que lo hemos oído veces! De cada cual según su capacidad, a cada cual según su trabajo. Esta fórmula distributiva quiere decir que dentro de nuestra concepción de la igualdad, el trabajo no se remunera igualitaristamente.

Fíjese en el matiz semántico. Una cosa es distribuir igualitariamente, esto es, bajo el principio de la igualdad, y otra hacerlo mediante desviaciones del igualitarismo. Este último tiende a borrar las evidentes diferencias entre el que trabaja mal y el que trabaja bien. Y si no se tuviera en cuenta esa distinción entre más y mejor trabajo, la igualdad defendida así se entroncaría con la desigualdad. ¿Sabe usted cuán injusto es emparejar a un buen trabajador con uno que es inferior en habilidad, resultado o disciplina?

Parece necesario, pues, que el trabajo empiece a revalorarse mediante la diferenciación del mejor y el menos bueno. No hablo de teorías extrañas a la vida, de cosas abstractas, inverosímiles. El haber practicado el principio socialista de distribución con paternalismo, ha generado -y no soslayo la influencia de los efectos del período especial, como la depreciación de los salarios- una desvaloración del trabajo y sus exigencias. Habitualmente, la gente se queja de la chapucería ambiental. Si encarga, por ejemplo, un trabajo doméstico, sus ojos no pueden apartarse del plomero, el albañil, el artesano que se comprometió a ejecutar la faena. En cualquier descuido, engañan: dan cobre por plata.

Nuestra crítica desde hace rato alude a las deficiencias e insuficiencias de algunos servicios. O de las construcciones. ¿Qué hemos de añadir ante esa edificación recién pintada que se despinta a los pocos días, o, recién construida, el techo se le convierte en un guayo? Estas verdades, claras como el día, han de recordarse a menudo. Nuestra cultura del trabajo ha de ser, formalmente antigualitarista, aunque sea esencialmente igualitaria. Porque si la desigualdad, como concepto de distribución injusta polariza, enfrenta, a los diversos sectores sociales, el igualitarismo paraliza la sociedad. Donde “to el mundo cobra como pudieran cobrar los güenos”, sin ser buenos, el avance es más lento. Quizá, nulo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Senor Luis Sexto: Me alegró de sobremanera su artículo "Todos semos guenos?", no porque me haya dilucidado sobre las relaciones de producción en los paises comunistas(Yo estudié´en la Unión Soviética, viví en Suecia y ahora tengo mi residencia en Finlandia), sino sus escritos van creando conciencia en el pueblo cubano sobre lo absurdo de apoyar, defender y justificar un sistema retrógrado e improductivo y , consecuentemente,distribuidor de la miseria.A causa de este sistema, la Unión Soviética´no pudo desarrollarse a la par con los paises capitalistas europeos en el campo de la producción y la tecnología.Por carecer de estímulos materiales, empresas privadas, economía de mercado y competitividad, se quedó sin el motor del desarrollo de los pueblos.No inventaron nada y, para sobrevivir, compraron y copiaron (o lo adquirían con la ayuda del espionaje) los inventos de otros paises capitalistas. Tanto es así´, que, hasta el momento, los rusos no respetan el derecho a la Patente. Cuando se habla de Capitalismo, no se debe generalizar, porque en estos paises del norte de Europa existen tambien capitalistas y millonarios, pero, también la asistencia médica es gratuita, los desempleados (un 10 % en Finlandia) reciben 500 euros al mes durante 2 anos.La familia recibe 125 euros al mes por cada hijo.Los ninos comen gratis en la escuela y sometidos a un control dental anual, etc.etc.Todo eso existe en Noruega, Suecia, Alemania,Dinamarca, etc.etc.Por eso, repito, no todos los Capitalismos son iguales, todo depende del aparato gubernamental y de los deseos de una sociedad libre.

Anónimo dijo...

Estimado Luis Sexto: Yo soy dominicano. Si desea conocer mis experiencias personales sobre la antigua Unión Sovietica o sobre la vida en estos paises nórdicos, informeme al respecto a fin de empezar un intercambio de opiniones sobre el Capitalismo y Comunismo.Sin más y abrigando la esperanza de una correspondencia constructiva entre nosotros se despide... una persona que le respeta. El incognito.

Luis Sexto dijo...

Al dominicano que desea intercambair con el autor de este blog, le sugieron me escriba al correo lusman2@yahoo.es