martes, 20 de octubre de 2009

¿QUIÉN SE LO DICE A SARAMAGO?

Por Luis Sexto

Ciertas personas no leen, sino releen. La observación pertenece a una de las crónicas también en primera persona de Gabriel García Márquez –hechas de sus vivencias y sentencias. Y José Soler Puig lo corroboró cuando, mientras lo entrevistaba tal vez en 1988, me advirtió:
-No me preguntes qué estoy leyendo; ya solo releo.
No le pregunté qué releía. Ni tampoco sobre qué estaba escribiendo. Habitualmente los escritores escriben. Dudo de que tengan algún período seco, o asuman un cíclico “tiempo muerto”. Escriben aunque después quemen, trituren o borren. Porque escribir sin haber despejado previamente la ruta, la esencia, la raíz, el itinerario y el fin del discurso, equivale a tirar el anzuelo en aguas contaminadas donde no suelen coletear peces, salvo algún sábalo, especie que asoma la nariz por entre la nata pestífera para pedir oxígeno. Y un sábalo podría ser una frase afortunada, o una idea luminiscente, que tiente, como carnada, la revelación del tema oculto bajo una momentánea sequedad del intelecto. Alguien pedía -¿Hemingway?- que la inspiración lo alcanzara trabajando; esto es, echando el anzuelo.
Pero el problema sería saber por qué uno relee y qué relee. ¿O primeramente habrá que elucidar por qué uno lee esto y no aquello, y relee aquello y no esto? La relectura se desprende de la lectura. Hoy, a pesar de que los secretos de la intimidad humana flotan en los gases cibernéticos, me parece que los pronósticos sobre asuntos tan personales yerran con más frecuencia que antes. Algunos juglares catastrofistas vocean: Ya nadie lee cuentos. O solo novelas de 300 páginas. La poesía tampoco se vende... Y sin embargo, las editoriales, las más sólidas, prosiguen publicando cuentos y poesía, y novelas breves. Y la crítica se entretiene en comentar y promover estos libros, según muestran las páginas cristalinas de la net.
También publican lo inservible. Lo de poco rigor, aunque de mayor lubricidad. Mas el mercado y la moda son falibles consejeros en estos enigmas de la cultura. Recientemente un estudiante de periodismo me confesaba su frustración cuando, al leer sus cuentos de índole realista en un taller literario, la réplica negativa del auditorio se abroqueló en un superficial “ya no se escribe así”, porque estamos en la postmodernidad. Y lo que se estila, de acuerdo con tal concepto, consiste en lustrosos párrafos vacíos de emoción, y carentes de enjundia humana, con el uso del sexo como espectáculo... No se trata de contar una historia; más bien de abolirla. ¿Y quién le sugiere a Saramago que como él escribe, actualmente no se escribe?
Tampoco se trata de invalidar las formas y los preceptos literarios postmodernos. Inquieta, en cambio, que los danzarines de la nueva estética pretendan levantar una carpa gigantesca donde solo se cobijen ellos excluyendo la diversidad de autores y líneas. Porque, al cabo, hay multiplicidad de lectores. Por ello ciertos lectores releen; prefieren lo conocido aceptable al albur de lo ignoto o dudoso. Y si segundas partes nunca son buenas, las relecturas son, por el contrario, comúnmente útiles; suelen bojear, descubrir los entrantes y salientes que no miró el develamiento asombrado, o prejuiciado, de la primera vez. Unamuno, a quien al principio de sus jornadas ensayísticas le reprochaban el estilo distinto, trabajado, creativo, no cedió a las demandas de los facilistas. Continuó escribiendo como sabía y quería confiando, al igual que Sthendal con El rojo y el negro, en ganarse el derecho a la relectura.
Un año antes que a Soler Puig, pregunté a una autora, tan carismática y célebre entonces como ahora, por el título que leía en esos momentos. Un entrevistador no tiene otra opción que acudir a ese tópico como al de cuándo y dónde nació. Los libros que lee también definen a un entrevistado. Y ella, cuyo nombre silencio -quizás ya no suscriba esa respuesta-, contestó:
-A Einstein y los físicos modernos.

3 comentarios:

La Mano Amiga Internacional Inc dijo...

Creo que fué Leo Brauer quién dijo: "Que la tradición se rompe pero cuesta trabajo"Casi siempre se trata de matar en la cuna,toda idea nueva,o que rompe los esquemas comunmente aceptados.Lo viejo nunca le dará lugar a lo nuevo sin que exista la lucha por medio.Una cosa es ser escritor trillado y otra un innovador.Muy poco le importa a Samarago,que su nombre halla devenido en apellido, y que sus comas sean dadas en lugar de puntos.
esos párrafos interminables,y oraciones kilométricas,se imponen y,nos dicen que no vale encasillamiento alguno,al estilo de Unamuno.En la dinamicidad del quehacer literario tambien se" hace camino al andar" a lo Machado.
El tiempo muerto de Samarago duró 20 años.Y en ese silencio necesario,seguramente le ayudó fructiferamente hacia el futuro..
Ciertamente hay momentos que demanadan una segunda lectura para poder aprehender toda la sustancia de un escrito que nos interesa para vencer"el asombro" de la primera lectura.
No es lo mismo dar lectura al Apocalipsis, de Juan el vidente de Patmos, que leer un poema Dadaista, con su "grito grito grito,y aún asi yo me siento simpático"
No es lo mismo una Sátira de Lucilio que otra de Persio o Juvenal.
Hay que leer y releer, como si rumiaramos para extraer todo el conocimiento posible de lo que se lee.
Y pienso yo, ? Que valor tiene en nuestro contexto una relelctura de las cosas,si cuando regresamos a por ellas,ya una vez leido,se nos ha perdido por obra y gracia de un Mandrake moderno?
Las obras literarias no pueden ser expuestas como la mariposa que dura un dia,
ni siquiera un trabajo peridistico, que por su interés pide una segunda lectura,y,?porqe privar a los historiadores de lo que será con el tiempo una fuente histórica,ya que sin documento la história es imposible?

Rev Leonides Penton Amador

alonso dijo...

creo que es muy buena la exaltacion de la lectura ,con abundantes citas y todo ,pero ubiera preferido que luis hablara del articulo de jose alejandro rodriguez "contra los demonios de la informacion secuestrada" que fue publicado recientemente en juventud rebelde en su edicion digital y que horas despues fue fue eliminado,dandole toda la razon al autor del articulo en cuanto a la dosificacion y mediatizacion de la informacion que rige desde los circulos del pder en mi paiz.
en los anos 40 del siglo pasado se aplico el llamado decreto mordaza,aplicado por el gobierno de entonces ampliamente criticado por la opinion publica de la epoca ,(ver seccion en cuba revista bohemia, de de la osa).
en la actualidad en mi paie seria un eufemismo decir que se aplica el citado decreto,simplemente la prensa no existe salvo para alabar al gobierno.EL HERALDO DE CUBA y leonidas trujillo moririan de envidia ante tan soberbio espectaculo.
SI YO UBIERA TENIDO EL PERIODICO "EL GRANMA" el mundo no se ubiera nterado de lo de WATERLOO.(NAPOLEON)

SALUDOS
ALONSO.

La Mano Amiga Internacional Inc dijo...

En este mundo fenoménico,algunos se asombran por la llegada de lo impensado y otros por la salida abructa de aquello que llegó.Hay cosas que pasan como la flor de un día y, son tan fugaces como las estrellas ene l firmamento pero,quién nos podrá convencer que las cosas no sigan un patron cíclico y que lo que una vez vino no volverá a venir?Como decia mi abuela:"vivir para ver"
No podemos pensar a lo Manriquez,de:"cualquier tiempo pasado fué mejor"
El mundo se mueve, las sociedades son dinámicas y cada dia es una nueva sorpresa con sus metas y cada meta"un nuevo punto de partida"al decir de Mario Kuchilán.
No lloremos por el que se fué,o por lo que se fué tan rapidamente como vino.Hay criaturas que son hijas de un segundo o tercer parto.
Todo tipo de cambios se dan no por caprichos sino como consecuencias de condiciones
inevitables,los cambios son el resultado de la história y contra ella nadie ha podido vencer.
Los poetas necesitan del Númen de la inspiración y los periodistas,el quehacer conflitual de la existencia.
El no poder expresar lo que sienta, culaquier cosa que esto sea, es como si padeciera de extreñimiento mental y,quién lo halla padcido sabe lo malo que es eso.
A veces se confunde el Crepúsculo con la Aurorañ
Pero para todas las cosas siempre habra un nuevo amanecer.

Rev Leonides Penton Amador